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“La muchacha que quiso ver por dentro” (parte XV)



“La muchacha que quiso ver por dentro” (parte XV)

Caso de automutilación ocular en Japón (2019)
Por J.Herrera | Tokio, Japón, 2025

“Veo demasiadas cosas que no quiero. Quiero ver sólo lo que está adentro.”
—Último tuit de Hikaru I., 17 años


I. La idol silenciosa

Hikaru I. no era famosa. No aún.
Pero estaba en camino: videos de covers en TikTok, selfies con ojos de contacto de color, un canal de ASMR con más de 200 mil suscriptores.

Cada uno de sus posteos terminaba igual:
“Mírame. Mírame bien.”

Amaba el silencio, pero no podía soportar su reflejo.
Decía que el mundo la miraba con ojos de vidrio. Que todo era “reflejo, pero no sustancia”.


II. El día sin mirada

Un domingo de abril de 2019, sus padres regresaron al departamento del distrito de Setagaya.
La encontraron sentada en posición de loto frente al espejo, rodeada de flores de plástico y pantallas encendidas.

Había usado una cuchara de helado metálica, desinfectada con alcohol y perfumada con lavanda.
Ambos ojos habían sido extirpados con precisión quirúrgica.


III. El manifiesto de los párpados rotos

En su pared, había escrito con marcador negro:
“Ver me distrae. Quiero saber. Quiero sentir sin juicio.”

Había dejado una libreta con dibujos: órganos en descomposición, vitrales rotos, ojos humanos flotando en agua negra.
En uno de los dibujos, se retrató a sí misma sin ojos, con la frase:

“Ahora sí estoy completa. Ahora sí soy yo.”


IV. El diagnóstico que no alcanzó

Fue trasladada al hospital general de Saitama, donde fue estabilizada.
Los médicos diagnosticaron un caso grave de síndrome de Cotard, un raro trastorno mental en el que el paciente cree estar muerto o vacío por dentro.

También se evaluó un trastorno disociativo con episodios psicóticos inducidos por redes sociales y exceso de estimulación visual.

Aun sin ojos, Hikaru pidió una cámara.
Se grabó diciendo:

“Ya no me veo. Pero ahora veo a todos ustedes.”

El video fue borrado por violar las políticas de contenido gráfico.
Sin embargo, copias anónimas siguen circulando en foros ocultos de la red japonesa.