“La Mano de la Santa” (parte XI)
Caso de mutilación ritual en nombre de la Santa Muerte en San Simón Zahuatlán, Oaxaca (2023)
Por J.Herrera | Oaxaca, México, 2025
“Me la pidió en sueños, mi mano izquierda. Me dijo que así mi hijo saldría del penal.”
—Testimonio de Eustaquia M., 43 años
I. Donde la fe muerde
San Simón Zahuatlán es uno de los municipios más pobres de Oaxaca. Allí, las iglesias oficiales conviven con altares improvisados de huesos, veladoras negras y estatuas de yeso que sonríen sin ojos.
En agosto de 2023, Eustaquia M., mujer de origen mixteco, madre de tres, ofreció su mano izquierda a la Santa Muerte.
La cortó ella misma con un machete oxidado.
La colocó sobre un altar hecho de ladrillos, aguardiente y cabello humano.
II. La promesa rota
Eustaquia lo hizo porque soñó durante siete noches con “La Niña Blanca” que le pedía su carne a cambio de un milagro: liberar a su hijo Ismael, preso en el penal de Miahuatlán por homicidio.
“Me decía: si me das lo que agarra, yo suelto lo que te duele.”
Vecinos la vieron caminar hasta el monte, desangrándose, cantando: “Santa, santa, santa... quítame la culpa.”
Fue encontrada por un pastor y llevada al hospital de Tlaxiaco.
III. Las heridas que no cierran
La amputación fue tosca. Pese a los esfuerzos médicos, Eustaquia sufrió necrosis parcial del brazo.
Cayó en estado catatónico por semanas.
Durante su estancia hospitalaria, murieron dos de sus compañeras de cuarto: una por causas naturales, otra por suicidio. Eustaquia aseguró que fue la Santa quien “vino por lo que se le negó”.
IV. Fe sin redención
Ismael sigue preso.
La mano, según Eustaquia, desapareció misteriosamente del altar tras una tormenta.
Algunos vecinos afirman haber visto una figura blanca, encapuchada, hurgando en la tierra esa noche.
Otros dicen que en la escuela primaria aparecieron huellas de sangre seca con forma de mano izquierda en los pupitres.
Hoy, Eustaquia vive sola, no habla casi.
Pero cada 31 de octubre deja una ofrenda: una vela, una muñeca sin brazo, y un papel que dice:
“Yo cumplí. Tú no.”