Golpes por no chupar: clausuran el antro Muñemiches de CU tras paliza de cadeneros a un joven
Por José Herrera
2 de mayo de 2025
La noche apesta a cerveza rancia, sudor de testosterona barata y a la impunidad de siempre. En un país donde el que no bebe es sospechoso y el que no se deja, termina con la cara rota, un antro con nombre de broma –Muñemiches, en la zona de CU– se convierte en escenario de violencia digna de cantina del oeste.
Un joven se atrevió a hacer lo impensable en una noche de viernes: no tomar alcohol. No consumió, no pidió la promoción de “litros de porquería por 100 pesos” y por eso no tenía el dichoso ticket que los cadeneros –esos porteros con aires de gendarmes– exigen para abrir las puertas del encierro. El resultado: cuatro tipos lo arrastraron fuera a puñetazo limpio. Lo dejaron hecho trapo. Cara desfigurada, cuerpo molido.
El crimen no fue solo la paliza. Fue la lógica torcida detrás: “Si no tomas, no sales”. Como si el alcohol fuera el pase de salida, la penitencia que hay que pagar para vivir la noche sin romperte los dientes.
Pero esta vez no pudieron taparlo. Hubo cámaras, hubo testigos, hubo gritos, hubo madre llorando en la puerta del hospital. Y entonces, con la rapidez de quien quiere simular justicia, el Ayuntamiento de Puebla clausuró el Muñemiches. Le pusieron un sello rojo a la fachada y tomaron fotos como quien le toma retrato al cadáver de una reputación.
¿Y los cadeneros?
Bien, gracias. Desaparecidos. Nadie los ha detenido aún. La administración municipal actúa como si poner un sello de clausura fuera suficiente para borrar el dolor, para quitarle las cicatrices al chico golpeado.
“Sólo quería salir, no estaba borracho”, dijo su hermana en una entrevista.
Y eso, en esta ciudad, fue su error.
