Policías de Acatzingo agreden a menor de edad durante detención; población exige justicia
Por José Herrera
Proceso – 28 de mayo de 2025
PUEBLA, Pue.— Una persecución vial terminó en violencia institucional. En el municipio de Acatzingo, elementos de tránsito municipal agredieron a una mujer y a su hija menor de edad, en un episodio que ha encendido la indignación social y puesto al gobierno local, encabezado por el edil Germán Coleote, bajo una presión creciente.
Los hechos ocurrieron sobre la avenida Rodolfo Sánchez Taboada, donde, según la denuncia pública de la víctima, los oficiales la acorralaron con patrullas y motocicletas tras una supuesta infracción de tránsito. La mujer aseguró que no se pasó la luz roja, ya que el semáforo aún se encontraba en amarillo.
Sin embargo, la detención escaló de inmediato. Testigos afirman que durante la confrontación, una oficial golpeó a la niña que acompañaba a la conductora, provocándole un ataque de llanto y crisis nerviosa. La escena quedó registrada en video por ciudadanos que presenciaron la agresión.
Impunidad institucional
“¿Cómo es posible que una menor sea agredida por quien debería protegerla?”, preguntó una de las vecinas que atestiguó el incidente. La comunidad no tardó en movilizarse. Apenas se difundieron las imágenes, decenas de pobladores exigieron la destitución de los agentes involucrados, así como una investigación inmediata por abuso de autoridad.
En redes sociales y chats comunitarios, la presión sobre la administración municipal creció con rapidez. “No es la primera vez que los policías de tránsito de Acatzingo actúan con prepotencia. Pero ahora se metieron con una niña”, expresó otro habitante.
Un gobierno en silencio
Hasta el momento, el presidente municipal Germán Coleote no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre lo ocurrido. La omisión alimenta la percepción de impunidad que se ha instalado en la demarcación, donde casos de abuso policiaco se han reportado de forma recurrente durante su gestión.
Organizaciones locales en defensa de los derechos humanos han señalado la urgencia de revisar los protocolos de actuación de los cuerpos policiacos municipales, que en múltiples ocasiones han actuado fuera del marco legal y sin consecuencias administrativas o penales.
La violencia como rutina
La escena de este miércoles no es una excepción. En los últimos meses, la policía de Acatzingo ha sido señalada por operativos arbitrarios, detenciones sin fundamento y extorsiones a comerciantes locales. Pero la agresión a una menor representa un nuevo límite traspasado: el de la infancia violentada por el Estado.
La víctima, cuya identidad se mantiene reservada por seguridad, presentó ya una denuncia formal. “No se trató de un error o un malentendido. Nos trataron como si fuéramos criminales. Y a mi hija, como si fuera un objeto”, declaró a medios locales.
Al cierre de esta edición, la Contraloría municipal no ha anunciado sanciones ni iniciado un proceso de revisión interna, pese al clamor social.
La ciudadanía, mientras tanto, exige que se finque responsabilidad sobre los agresores y que el alcalde Coleote rinda cuentas. Porque en Acatzingo, el abuso policiaco ya no puede seguir siendo parte de la rutina administrativa.