2 de mayo de 2025
Fidel Herrera Beltrán fue un político mexicano con una vida pública tan larga como controvertida, una figura que, al estilo de Bukowski en la política, caminó entre pasillos de poder y sombras de escándalo.
Nacido en 1949 en Nopaltepec, Veracruz, Herrera emergió de la educación pública, curtido por los climas contrastantes de Veracruz y Oaxaca. Se licenció en Derecho en la UNAM en 1971, y desde ahí comenzó su largo ascenso en el PRI, el partido que moldeó al México del siglo XX.
Fue diputado, senador, y ocupó cargos dentro del aparato gubernamental antes de convertirse en gobernador de Veracruz (2004-2010). Durante su mandato, cultivó una imagen de operador político hábil, aunque también se le vinculó con redes de corrupción, enriquecimiento ilícito y vínculos con el crimen organizado —acusaciones que siempre negó, pero que dejaron una estela de duda sobre su legado.
Después de su gobierno, su figura se mantuvo presente: fue cónsul en Barcelona y continuó siendo un actor en la política interna del PRI, incluso mientras crecía el descrédito del partido a nivel nacional.
Su muerte en 2025, a los 76 años, cierra un capítulo marcado por el contraste entre el poder y la sospecha. Para muchos, Fidel Herrera fue el reflejo del México político que nunca terminó de irse.
¿Te gustaría que resuma su legado en una línea tipo epitafio político?