Texmelucan y el Río Bravo
“La próxima guerra en Oriente Medio se librará por el agua, no por la política.”
Boutros Ghali
Horacio Cano Vargas
Nuestros abuelos, con esa voz de profeta que tenían, nos advertían de lo que iba a pasar con el agua, incluso que sería la causa de conflictos entre naciones. Quizá aún no llegamos a que detone en un conflicto armado, pero sí a posibles conflictos diplomáticos debido al incumplimiento de pactos internacionales que en su momento el Estado mexicano ha suscrito.
De acuerdo con el Tratado de Aguas de 1944, mediante el cual México y Estados Unidos regulan el uso y distribución de las aguas de los ríos fronterizos, ambos países se obligan a entregar cierta cantidad de agua del caudal de cada río:
• Sobre el Río Colorado, que fluye desde los Estados Unidos a México, el primero debe entregar a nuestro país 1,850 millones de metros cúbicos.
• Sobre el Río Bravo, cuyas aguas corren de México a Estados Unidos, nuestro país debe entregar 432 millones de metros cúbicos al vecino del norte.
El caso es que nuestro país está incumpliendo dicho acuerdo, por lo que, de acuerdo con diversas notas periodísticas —como la de Associated Press titulada “México llega a acuerdo con EE. UU. para transferencia inmediata de agua desde embalses internacionales”—, el lunes 28 de abril se llegó a un acuerdo mediante el cual, y cito la nota periodística: las autoridades mexicanas se comprometieron a realizar “transferencias de agua inmediatas” a Estados Unidos para mitigar el “potencial faltante en las entregas de agua de México hacia el final del ciclo”.
Y usted, querido lector, me preguntará: ¿eso en qué nos afecta en Puebla o, en específico, en Texmelucan? El Río Bravo está muy lejos. Pues le puedo decir al menos tres razones por las que nos puede afectar:
1. La inversión federal en infraestructura hidráulica será priorizada para cumplir el acuerdo.
Podrán existir muchos proyectos en nuestro estado que sean muy necesarios, pero evitar un conflicto diplomático con Estados Unidos por un incumplimiento siempre será prioridad. Ojalá que las obras para rescatar el Río Atoyac se puedan mantener.
2. Sobreexplotación de mantos acuíferos.
Para cumplir con el acuerdo, México tendrá que echar mano de los mantos acuíferos, utilizando más agua de los pozos. La zona de Puebla y Tlaxcala, a pesar de contar con buenos niveles de agua, ya presenta signos de estrés hídrico. Una mayor sobreexplotación para solventar la falta de agua en otras partes del país podría afectar directamente nuestra disponibilidad de agua.
3. Impacto económico local.
México tendrá menos agua disponible, porque, como ya se acordó, tendrá que transferirla a los Estados Unidos. Esto afectará diversos cultivos, lo que puede encarecer los productos agrícolas, impactando la economía local. Texmelucan sigue siendo uno de los grandes centros de abastecimiento de la región Puebla-Tlaxcala: la gente viene de diversas zonas al mercado del Hoyo o al querido Domingo Arenas. Un encarecimiento de los productos que ahí se ofrecen afectaría la economía local de forma importante.
COMENTARIO AL AIRE
A veces la falta de recursos argumentativos lleva a establecer una guerra falaz. Parece que el pacto es llevar el debate público a los memes o a las infodemias. Los análisis serios quizá no son atractivos. A veces suena mejor ser estridentes y compartir notas que aunque falaces, destruyen reputaciones y construyen encono entre hermanos, familia, vecinos, todos miembros de una comunidad.
Saber leer los tiempos es vital en política, no son tiempos de peleas, ¿que va a quedar para las campañas?: El desgaste, el hartazgo de la gente. La gente quiere ver soluciones y si nadie lo ofrece, ganará la abstención. Urge crear armonía en lugar del encono. ¿En serio creen que gobernar una sociedad dividida es lo mejo