una situación preocupante en la que psicólogos que trabajan en tres Institutos Tecnológicos en el estado de Puebla no cuentan con la cédula profesional que los autorice a ejercer la profesión. Esto afecta la calidad y legitimidad de los servicios de salud mental que se brindan a los estudiantes de esas instituciones.
Instituciones afectadas:
- El Instituto Tecnológico de Atlixco.
- El Instituto Tecnológico de Huauchinango.
- El Instituto Tecnológico de la Sierra Norte de Puebla.
En estos tres institutos, psicólogos como Amanda Hernández Jiménez, Rosalba Castelán Viveros y Emmanuel González González no cuentan con la cédula profesional para ejercer como psicólogos. A pesar de esto, siguen siendo responsables de la atención de salud mental en estos centros educativos, donde desempeñan labores de acompañamiento emocional y psicológico para los estudiantes. Se menciona que algunos de ellos tienen salarios mensuales que rondan entre los 9,000 y 10,000 pesos brutos.
Este problema se detectó a través de una revisión del Portal Nacional de Profesionistas y el Portal Nacional de Transparencia (PNT), donde se verificó que estos profesionales no tienen la cédula que avala su formación académica y su capacidad para ejercer la psicología de manera legal. Este incumplimiento se convierte en una posible violación de la normativa vigente que regula las profesiones, especialmente en el ámbito de la salud.
Otras instituciones como los Institutos Tecnológicos de Acatlán de Osorio, Ciudad Serdán, Sierra Negra de Ajalpan, entre otros, sí cuentan con psicólogos que tienen su título y cédula profesional en regla, lo que resalta la disparidad en el cumplimiento de las normativas entre los diferentes institutos.
Un hecho relevante es que, en el caso del Instituto Tecnológico de Huauchinango, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) impuso un pliego de observaciones en el que se detectó un probable daño por 130,000 pesos debido al pago a un médico general y una psicóloga sin los títulos correspondientes. Esto violaría el Manual de Organización del Instituto Tecnológico de Huauchinango, que exige que todo el personal profesional cuente con la formación y la cédula correspondiente.
Este tipo de situaciones pone en duda la calidad de los servicios brindados a los estudiantes, especialmente en un área tan delicada como la salud mental. Además, refleja un problema estructural que podría estar afectando a otros institutos y que debe ser atendido para garantizar la seguridad, bienestar y desarrollo de los estudiantes.