Renuncia Martín Borrego tras polémica por su boda en el Munal; Sheinbaum condena el influyentismo.
Martín Borrego Llorente, coordinador de Contacto con la Ciudadanía en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), presentó su renuncia luego de que se diera a conocer que utilizó el Museo Nacional de Arte (Munal) para celebrar su boda, generando controversia por el supuesto uso indebido de un espacio público.
La renuncia y reconocimiento del error
En una carta dirigida a Alicia Bárcena Ibarra, titular de Semarnat, Borrego Llorente admitió que fue inapropiado haber solicitado el recinto a través de un correo institucional cuando fungía como jefe de oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
"Este actuar no fue correcto para un funcionario público ni digno de la confianza que depositaron en mí", señaló Borrego en su misiva. Su salida ocurre en medio de crecientes cuestionamientos sobre el uso de espacios públicos para fines personales por parte de funcionarios de gobierno.
El caso expuesto
La controversia fue expuesta por el periodista Claudio Ochoa Huerta en su columna para El Universal, donde reveló que el evento, presentado inicialmente como un acto diplomático, fue en realidad la boda de Borrego. Según el reportaje, la celebración incluyó una misa en la Capilla de los Ángeles de la Catedral Metropolitana y una recepción en el Munal, a la cual asistieron altos funcionarios de la SRE, incluida la propia Alicia Bárcena.
La Secretaría de Relaciones Exteriores anunció el inicio de una investigación para determinar si existió un uso indebido de instalaciones públicas durante la gestión de Borrego.
Reacciones desde Palacio Nacional
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo condenó categóricamente el caso durante su intervención en la Mañanera del Pueblo. “Los espacios públicos no deben utilizarse de ninguna manera para actos de conmemoración o celebraciones personales", señaló.
Sheinbaum reafirmó que el gobierno debe actuar con austeridad, honestidad y transparencia, rechazando las prácticas asociadas con influyentismo, nepotismo y corrupción. "Los servidores públicos deben predicar con el ejemplo, evitando conductas que empañen la confianza ciudadana", subrayó.
Un llamado a la ética gubernamental
El caso ha reavivado el debate sobre el uso de bienes públicos y la conducta de los funcionarios. La renuncia de Borrego pone de manifiesto la creciente presión por garantizar un gobierno ético y libre de favoritismos. Mientras las investigaciones continúan, este episodio es un recordatorio de las expectativas ciudadanas hacia los servidores públicos en un régimen que busca consolidar la transformación de la vida pública del país.